Durante la Segunda Guerra Mundial, el engaño y la desinformación jugaron un papel crucial en las estrategias militares de los países en conflicto. Uno de los ejemplos más destacados de esto fue la creación del ‘Ejército Fantasma’, una unidad especializada en confundir al enemigo sin disparar ni una sola bala. En este artículo, exploraremos el papel y las tácticas utilizadas por este grupo de especialistas para debilitar a las fuerzas alemanas durante la contienda.
La Estrategia del Engaño
Desde tiempos inmemoriales, el engaño ha sido una herramienta fundamental en la guerra. En la Segunda Guerra Mundial, los aliados llevaron esta estrategia a un nuevo nivel con la creación del ‘Ejército Fantasma’. Este grupo de especialistas, compuesto principalmente por artistas, desempeñó un papel crucial en confundir y debilitar a las fuerzas alemanas.
El Origen de la Fuerza A
En 1940, con Italia declarando la guerra a los aliados, los británicos se vieron obligados a responder con ingenio. Desde su base en El Cairo, fundaron la Fuerza A, un equipo especializado en técnicas de espionaje y engaño. Su objetivo era desorientar al enemigo, utilizando rumores, filtraciones falsas y soldados vestidos con uniformes británicos deambulando por ciudades clave.
La Operación Guardaespaldas y Victor Jones
Uno de los miembros destacados de la Fuerza A fue Victor Jones, un ingeniero cuyas habilidades fueron fundamentales en la Operación Guardaespaldas. Este plan, concebido en 1943, tenía como objetivo desplegar un gran número de tropas aliadas desde Inglaterra para distraer a las fuerzas nazis y preparar el terreno para el desembarco en Normandía.
Reclutando Artistas para la Guerra
La unidad 23, apodada ‘Ejército Fantasma’, reclutó a artistas, ingenieros y arquitectos para crear una variedad de trucos visuales y sonoros destinados a engañar al enemigo. Entre sus creaciones más notables estaban los tanques inflables, diseñados para confundir a las fuerzas alemanas sobre el verdadero tamaño y ubicación de las tropas aliadas.
Guerra Audiovisual Total
La unidad también se valió de técnicas de audio, con altavoces montados en vehículos semioruga para emitir sonidos de tropas y vehículos ficticios. Estas grabaciones, combinadas con mensajes de radio falsos, crearon una ilusión de actividad militar significativa en áreas donde no había presencia real.
Agentes Dobles y Desinformación
La labor de agentes dobles como Juan Pujol García, Dusko Popov y Roman Czerniawski fue crucial en alimentar la desinformación nazi. Sus actividades llevaron a Hitler a concentrar sus fuerzas en el Paso de Calais, mientras que los aliados se preparaban para el desembarco en Normandía.
El Legado de la Operación Guardaespaldas
Gracias a estas tácticas de engaño, los aliados lograron tomar Normandía y asegurar una cabeza de playa crucial en la lucha contra el Eje. La Operación Guardaespaldas demostró el poder del ingenio y la astucia en el campo de batalla, y su legado perdura como un ejemplo de cómo el engaño puede ser una herramienta poderosa en la guerra.
El ‘Ejército Fantasma’ y sus tácticas de engaño jugaron un papel fundamental en la Segunda Guerra Mundial, demostrando que el ingenio y la astucia pueden ser armas tan poderosas como la fuerza bruta. Su legado perdura como un recordatorio de la importancia del engaño y la desinformación en el conflicto militar, y su contribución al esfuerzo de guerra de los aliados no debe subestimarse.